Armando Russi

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"Cómo en todo ejercicio curatorial cuando se selecciona, también se excluye. Se quedan por fuera/excluidas obras de nuestro CINE que me parecen fundamentales y excepcionales. No encontraremos nombres tan necesarios como Arturo Acevedo Vallarino, Félix Joaquín Rodríguez, Julio Luzardo, Dunav Kuzmanich, Jaime Osorio, Francisco Norden, Jorge Alí Triana, Camila Lobo Guerrero, Sergio Cabrera, Gustavo Nieto Roa, Jairo Pinilla, Felipe Aljure, Oscar Ruíz Navia, Rubén Mendoza, Carlos Moreno, Laura Mora, Camilo Restrepo, Laura Huertas Millan, entre otros, porque los conteos son muy odiosos y en este se nos limita solo a 10 títulos. Agradezco la invitación y aplaudo la iniciativa de la Revista Cero en conducta por tan importante oportunidad para revisar y dialogar nuestro CINE. Debo confesar que estoy emocionado y a la expectativa por leer a los viejos y nuevos críticos, docentes, investigadores, periodistas, programadores, gestores y demás actores que participan en esta convocatoria. El canón que aquí propongo es más clásico/moderno por una responsabilidad como docente y formador de públicos de invitar a ver raíces y también porque intuyo que en esta exploración que propone la Revista Cero en Conducta el canón será replanteado y será mucho más contemporáneo. Seguramente la vibrante explosión del CINE nacional colombiano contemporáneo iluminará nuevos caminos para no solo leerse a sí mismo, sino comprender mejor nuestro CINE clásico y contemporáneo. He querido trascender el mero gusto y tratar de proponer 10 películas centrales de nuestro bello y siempre empecinado CINE, en cuyo lenguaje y producción (narrativa, técnica y estética) se hayan propuesto innovaciones, renovaciones y/o cambios que hayan impulsado nuestro CINE por nuevos derroteros. Aquí vamos: Garras de oro (1926) de P. P. Jambrina Por ser, para muchos estudiosos del CINE, la primera película antiimperialista de la historia del CINE mundial y por ser la película más lograda del periodo silente de nuestra cinematografía. Pasado el meridiano (1963) de José María Arzuaga Por ser la única película colombiana de ficción de la época inscrita en un CINE moderno, además, alineada consecuente con el palpitar de Latinoamérica y por poseer un personaje atípico en el CINE mundial de entonces: Henry, un celador cuya miseria le impide reflexionar en torno a su desgraciada vida. Chircales (1972) Por ser una película fundacional en su tipo, no solo en Colombia, sino en América Latina. Por ser una película de la maestra Marta Rodrígues (y Jorge Silva), pionera del CINE documental en América Latina Agarrando pueblo (1977) Luis Ospina y Mayolo Porque desafió - y desafía - los cánones de producción, estéticos, narrativos y políticos del CINE de su época. Porque un conteo de CINE nacional sin Mayolo y Ospina (y nada más y nada menos que juntos) no tendría sentido. Rodrigo D no futuro Porque creo que es la película más genuina -y eso ya es mucho decir- de la poética del maestro Víctor Gaviria, el cineasta más importante de nuestra cinematografía y la voz más autoral de nuestro CINE colombiano. Pura sangre, 1982 de Luis Ospina. Por romper con un CINE institucional y costumbrista. Porque me dio en la vena! La historia del baúl rosado (2005) Libia Stella Gomez Por ser la primera película de cine negro del CINE colombiano. Por ser una película de la entrañable maestra Libia Stella Gómez, que no es de aquí (contemporánea), ni es de allá (clásica), pero su tenacidad y empeño nos entregan esta obra fundamental. Un tigre de papel 2008 de Luis Ospina Porque creo que esta es la obra que recoge de mejor manera todo los postulados y cualidades del CINE del maestro Don Luis Ospina, el hombre que más ha hecho por el CINE en Colombia. En esta obra podemos ver sus obsesiones éticas, estéticas y políticas, el manejo de archivo, las relaciones o hibridaciones entre la ficción y el documental, su agudo y siempre bienvenido sentido del humor. Los viajes del viento, 2009 de Ciro Guerra. Porque ha marcado el camino a seguir del cine colombiano contemporáneo en términos de producción, y en términos estéticos-narrativos. Porque puso el CINE nacional en el universo internacional. Y por entender que emplear las figuras del mito y el rito dan una base sólida a la construcción de historias y de identidad. Pirotécnia (2019) de Federico Atehortúa Por ser la película más inteligente en términos de lenguaje del CINE contemporáneo colombiano. Por ser un ensayo audiovisual que logra ir de lo íntimo/micro a lo histórico/macro a través de la exploración de la violencia en el CINE de archivo y su propia familia, planteando y develando problemas de representación en la ficción y el documental y cómo esto se relaciona con nuestra narrativa y proceder sociocultural. Viva el CINE! Viva el CINE colombiano! El CINE nos reunirá! "