Una ciudad es un misterio subterráneo. Su mapa oculta los conductos que, bajo la tierra, la conectan. O, también, la actualizan en sus regímenes de división y exclusión. En Medellín el infierno se hace desde cero. En la película vemos unos hombres sin camisa que fabrican varios metros de tela con un estampado que simula el famoso y mítico fuego eterno. También vemos un hombre que va de un lado a otro sin parar. El hombre rompe candados, guarda sus cosas preciadas entre ladrillos, trabaja estampando camisetas, dibuja armas en su libreta, explora basureros, monta en moto y sueña con cobrar una venganza. Este hombre a veces nos habla directamente. Quiere que escuchemos su historia. Los conductos, aunque no parezca, tiene un arraigo narrativo importante. Sin embargo, su esqueleto lo que hace es diseminar o, paradójicamente, duplicar ese mismo relato constantemente. Además, la película se divide en dos con la aparición de otro hombre que pretende ser, para el otro, un guía más experto. En el fondo, Los conductos –de voces gruesas y teatrales– es sobre la renuncia y la felicidad.
Luis Felipe Lozano, Fernando Úsaga Higuíta
70 minutos
Camilo Restrepo
Guillaume Mazloum
Mathieu Farnarier, Josefina Rodríguez
Arthur B. Gillette
Camilo Restrepo
Felipe Guerrero, Gustavo Beck, André Mielnik, Martin Bertier, Helen Olive, Simón Vélez, Adriana Agudelo
If You Hold a Stone, Mutokino