La orfandad cataliza el relato de Rodrigo, joven silenciosamente inquieto de una Medellín que se acerca más a las ruinas que a una ciudad. Condenado a divagar, Rodrigo intenta hacer una vida. Nada funciona demasiado bien. Amigos, música, ruinas, la noche eterna, la familia como prisión, edificios enormes, humanos diminutos. Todo se cruza en la película. Con su primer largometraje, realista y poético, Víctor Gaviria irrumpe con fuerza en la cinematografía nacional, rompe paradigmas y abre un camino que ha sido recorrido posteriormente por otros con mayor y menor éxito. Es decir, Gaviria inaugura una tradición. Decidido a retratar sin eufemismos o desvíos la violencia que devora a los jóvenes marginales de su ciudad, Gaviria trabaja durante meses con actores naturales que padecen en carne propia los males que desea retratar. El periplo de Rodrigo, un joven asfixiado por su realidad social, acorralado por la violencia, que encuentra en el punk una vía de escape y solo desea tener una batería que parece completamente inalcanzable, es el eje central de este relato que inauguró una nueva manera de mirar y atender la emoción de personas/personajes al borde de una nada sin nombre. Sobre esta película en particular y sobre todo su cine en general Gaviria ha dicho cosas como: "Yo hago cine con eso que otros dejan de lado: con las historias que transitan por lo social y con lo que los actores de la vida tienen para decir"; "Yo saqué los diálogos de todas las entrevistas que había hecho. Esos eran sus diálogos. Yo los paso de una parte a otra, de un personaje a otro, pero son diálogos salidos de ellos mismos".
Ramiro Meneses, Carlos Mario Restrepo, Jackson Idrian Restrepo, Vilma Díaz, Óscar Hernández
90 minutos
Victor Gaviria, Juan Guillermo Arredondo, Ramón Correa, Ángela Pérez, Luis F. Calderón
Rodrigo Lalinde
Gustavo De La Hoz
Juan Escobar, Ricardo Duque
Germán Arrieta
Víctor Gaviria, Luis Alberto Restrepo
Guillermo Calle, Ana María Trujillo
FOCINE, Tiempor modernos, Fotoclub 76