"Doce horas de una familia": con estas palabras sintetiza Vladimir Durán su ópera prima. La película lidia con el problema de la interioridad: tanto en lo que de ella puede ser representado como lo que no. Tres hermanas y Álex, el menor del grupo familiar, habitan un apartamento con ciertas licencias y complicidades pueriles ante la parcial ausencia de la madre, quien se encuentra recluida en una habitación que nos está velada. Los hijos habitan un mundo casi sin adultos o, mejor, donde la madre es apenas una caja negra de la que proviene una voz, lo que les permite cierta experimentación lúdica que se mezcla con una suerte de claustrofobia cálida. En el retrato de esta compleja economía emocional que son los lazos familiares, el espacio interior del apartamento le permite a Durán recurrir a unos usos preciosos del sonido fuera de campo, así como de encuadres a la vez cercanos y oblicuos que propician el surgimiento de una intimidad entre los lugares, los personajes y la cámara. Adiós Entusiasmo ilumina tenuemente otras posibilidades para el cine colombiano de lo que sería un realismo de ficción, en el que la cámara ya no sale a la calle, sino que alumbra con delicadeza el interior de la vivienda. Así, el hogar se revela como una conmovedora muñeca rusa, esto es, como un juguete cuya infinita interioridad enternece y angustia al mismo tiempo.
Camilo Castiglione, Laila Maltz, Mariel Fernández, Martina Juncadella, Verónica Llinás, Vladimir Durán, Lucas Besasso ,Rosario Bléfari, Silvia Cobelo, Horacio Marassi, Paula Grinszpan, Ofelia Fernández
79 minutos
Vladimir Durán, Sacha Amaral
Julián Ledesma
Nahuel Palenque, Emilio Iglesias
Mariana Casariego
N.A
Ana Godoy, Laura Bierbrauer
Alexis Durán, Victoria Marotta, Vladimir Durán, Jerónimo Quevedo, Joyce Ventura
Un Puma, Servo Cine, Imaginaria Films