Andrés Buitrago

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"Algunas reflexiones: suele olvidarse que Agarrando Pueblo, fuera de ser un falso documental y una crítica despiadada a la llamada “pornomiseria” (término empleado hoy en día sin ton ni son), es, además, una de las mejores y más oscuras comedias de todo el cine colombiano. Entran aquí el nihilismo neorrealista paisa (Rodrigo D), el western santandereano (Pariente) y, por supuesto, el film noir puramente bogotano de Semáforo en Rojo, llevado luego al paroxismo posmoderno en La gente de la Universal. También las miradas transversales sobre la historia de una sociedad definida por la injusticia y la violencia en Chircales, Cóndores… y Matar a Jesús. Dentro del desolador panorama de nuestro cine de género, El Páramo es una de las pocas películas que ha empleado los mecanismos narrativos del “terror puro” como metáfora de nuestro eterno conflicto armado. Por último, la joya absoluta de la serie B local, súmmum de la obra del único director de culto que ha parido la cinematografía nacional. Así que esta es mi lista, seleccionada con un notorio énfasis en los largometrajes de ficción y con una entrañable predilección por el género. Un listado profundamente imperfecto (como nuestro cine), pero lleno de buenas intenciones (como nuestro cine). Menciones honoríficas: El río de las tumbas (Julio Luzardo, 1963), Pasado el meridiano (José María Arzuaga, 1967), El taxista millonario (Gustavo Nieto Roa, 1979), Pura sangre (Luis Ospina, 1982), Pisingaña (Leopoldo Pinzón, 1984), La mansión de Araucaima (Carlos Mayolo, 1986), El pasajero de la noche (Carlos Santa, 1988), La cerca (Rubén Mendoza, 2004), Un tigre de papel (Luis Ospina, 2007), Perro come perro (Carlos Moreno, 2008), Los viajes del viento (Ciro Guerra, 2009), Todos tus muertos (Carlos Moreno, 2011), Gente de bien (Franco Lolli, 2014), Lupus (Carlos Gómez Salamanca, 2016), Pájaros de verano (Cristina Gallego y Ciro Guerra, 2018), Una madre (Diógenes Cuevas, 2022), Alis (Clare Weiskopf y Nicolás Van Hemelrick, 2023). "